Cuando las deudas superan por completo tu capacidad de pago, cuando ya no puedes renegociar ni responder ante nuevos embargos, es momento de considerar una salida definitiva. La liquidación voluntaria ofrece una alternativa legal y ordenada para cerrar ciclos de sobreendeudamiento y recuperar la tranquilidad financiera.
En este artículo de Asesoría Deudores te contamos qué es, cómo iniciar una liquidación voluntaria, quiénes pueden solicitarla, y por qué contar con asesoría legal hace toda la diferencia.
¿Qué es la liquidación voluntaria y cómo puede ayudarte?
La liquidación voluntaria es un mecanismo legal creado a través de la Ley 20.720, hoy en día conocida como la Ley 21.563, que permite a personas naturales y, en ciertos casos, a micro o pequeñas empresas y PYMES en situación de insolvencia cesar el pago de sus deudas a cambio de entregar sus bienes embargables a un liquidador designado por el tribunal. Este profesional vende los activos y distribuye el producto entre los bancos, cooperativas y demás acreedores, eliminando las obligaciones hasta donde alcance la venta y dejando el saldo restante en cero, otorgándote un “reinicio” financiero.
A diferencia de la renegociación administrativa, que busca reestructurar deudas sin liquidar bienes, este mecanismo implica llevar a cabo un proceso judicial donde voluntariamente reconoces tu imposibilidad de pago y entregas tus bienes para saldar obligaciones. Está pensada para quienes ya no pueden cumplir con sus compromisos bajo ningún plan razonable de pagos y desean una solución definitiva.
Lee también: ¿Cuáles son los procedimientos de insolvencia disponibles?
Requisitos para iniciar el proceso de liquidación voluntaria
Para que el tribunal admita tu solicitud de liquidación voluntaria para persona natural en Chile, debes acompañar la petición de lo siguiente:
- Lista de todos tus bienes: indica ubicación y descripción, junto a los gravámenes que los afecten.
- Listado de bienes inembargables: aquellos que la ley excluye (herramientas de trabajo, vivienda principal hasta un cierto límite, utensilios básicos).
- Enumeración de juicios pendientes: causas ejecutivas o demandas con efectos patrimoniales sobre tu patrimonio.
- Estado detallado de las deudas: nombre, domicilio y datos de contacto de cada acreedor, monto adeudado y naturaleza del crédito.
Te puede interesar: ¿Qué debo tener en cuenta para solicitar la quiebra voluntaria?
Pasos del procedimiento de liquidación voluntaria

El procedimiento se desarrolla ante el tribunal competente y suele seguir principalmente estas etapas:
- Presentación de la solicitud: se presenta una solicitud escrita ante el Juzgado Civil competente, firmada por ti y asesorada por un abogado para deudas. Esta solicitud debe incluir documentos clave como la lista de tus bienes, tus deudas actualizadas, los juicios pendientes y cualquier gravamen o carga que afecte tu patrimonio.
- Admisión y nombramiento del liquidador: una vez recibida la solicitud, el tribunal revisa que todos los requisitos legales estén cumplidos. Si todo está en orden, dicta una resolución declarando la admisibilidad del proceso y nombra a un liquidador titular y a un suplente desde el Registro de Liquidadores de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir). Estos profesionales son los encargados de administrar tu patrimonio y supervisar la venta de los bienes.
- Inventario e incautación de bienes: el liquidador designado levanta un inventario completo de tus bienes embargables. Este paso se realiza generalmente en tu domicilio o donde estén ubicados los bienes. Además, se puede practicar una incautación preventiva, que consiste en dejar formalmente afectos al proceso los bienes inventariados, evitando que sean vendidos o traspasados mientras dure el procedimiento.
- Convocatoria de junta de acreedores: tras el inicio oficial del proceso, se publica un aviso en el Boletín Concursal y se convoca a todos aquellos con los que tienes una deuda a una junta. En esta instancia, ellos pueden presentar sus créditos para ser reconocidos, verificar antecedentes y participar en decisiones relevantes como la forma de venta de los activos. Esta etapa permite la participación activa de los acreedores bajo la supervisión del tribunal y el liquidador.
- Venta de bienes: con los bienes ya inventariados, el liquidador procede a su venta. Esta puede hacerse por remate público o cualquier otro mecanismo autorizado, siempre buscando obtener el mejor precio posible. El objetivo es transformar esos bienes en dinero líquido que luego será usado para pagar a los acreedores según el orden legal. Esta fase puede tardar varias semanas o meses, dependiendo del tipo y la cantidad de bienes.
- Distribución del producto: luego de que hayan sido obtenidos los fondos de la venta, el liquidador distribuye el dinero recaudado entre los acreedores conforme a una prelación legal de pagos: primero se cubren los gastos del procedimiento (honorarios, publicaciones, etc.), luego los créditos con garantía real (como hipotecas o prendas), seguidos por los créditos laborales y, por último, los créditos comunes sin garantía. Si el dinero no alcanza para cubrir todo, se cancela hasta donde sea posible.
- Resolución de término: finalizada la etapa de distribución, el tribunal emite una resolución de término que declara cerrada la liquidación. Desde ese momento, quedas liberado legalmente de las deudas incluidas en el proceso, incluso si el monto total no alcanzó a cubrirse completamente. Es lo que se conoce como un “reinicio”, una segunda oportunidad para empezar de nuevo sin las cargas del pasado.
Beneficios de acogerse a la liquidación voluntaria

Cuando no existen ingresos suficientes para renegociar deudas ni bienes para responder en múltiples procesos de embargo, la liquidación voluntaria puede convertirse en la mejor salida legal y financiera. Aunque implica tomar una decisión importante, también ofrece certezas, protección jurídica y la oportunidad de comenzar de nuevo sin arrastrar deudas impagables. Estos son los principales beneficios de optar por este procedimiento contemplado en la nueva ley de insolvencia 21.563:
- Cierre ordenado y fiscalizado por la ley
Todo el procedimiento se desarrolla bajo la supervisión de un tribunal y de un liquidador profesional inscrito en el registro oficial de la Superir. Esto asegura transparencia, legalidad y protección frente a abusos, tanto de parte de acreedores como de terceros. A diferencia de acuerdos informales o negociaciones poco claras, aquí cada etapa está registrada.
- Acceso a un “fresh start” financiero
Tras finalizar la liquidación, puedes comenzar de nuevo sin las cargas de tus deudas pasadas. Este “nuevo comienzo” te permite reorganizar tu vida económica, retomar el control de tus finanzas y proyectar a futuro sin el peso de intereses acumulados ni el temor de embargos pendientes. Es una herramienta pensada para dar respiro y esperanza a quienes están atrapados en la insolvencia.
- Protección frente a nuevas acciones judiciales por las mismas deudas
Mientras dura la liquidación, se suspende cualquier juicio de cobranza, embargo o ejecución. Y una vez terminada, los acreedores ya no pueden volver a exigir el pago de las deudas incluidas en el proceso. Esta protección es clave para evitar la persecución constante de bancos, casas comerciales o cobradores judiciales.
- Solución definitiva para casos sin capacidad de pago
A diferencia de una renegociación, que exige pagos mensuales durante varios años, la liquidación voluntaria no requiere tener ingresos estables. Es la opción más realista cuando ya no existe forma de pagar.
Conoce más sobre: Ley 21.563 o nueva ley de insolvencia
¿Qué sucede después de finalizar la liquidación voluntaria?
Al concluir el proceso de quiebra personal en Chile, el tribunal emite una resolución de término que declara extinguida la mayoría de tus deudas conforme al producto de venta de tus bienes. A partir de ese momento, quedas liberado de las obligaciones incluidas y protegido frente a nuevas ejecuciones por esos créditos.
Sin embargo, existen excepciones legales: obligaciones alimenticias, multas penales y algunas deudas derivadas de delitos no se extinguen con la liquidación. Debes verificar con tu abogado si tu caso incluye estas deudas inextinguibles y planificar su pago aparte.
Finalmente, la liquidación voluntaria queda registrada en tu historial concursal por hasta cinco años, esto puede limitar tu acceso a crédito. No obstante, al estar libre de pasivos anteriores, podrás comenzar a reconstruir tu perfil financiero y, con asesoría experta, planificar una nueva hoja de ruta económica.
El papel de un abogado en el procedimiento de liquidación voluntaria

Iniciar una liquidación voluntaria no es una decisión sencilla, pero tampoco deberías afrontarla solo. Contar con un abogado especializado es fundamental para que el proceso se desarrolle correctamente desde el primer día. En Asesoría Deudores, te acompañamos en cada etapa del procedimiento, desde la redacción de la solicitud hasta la resolución final que extingue tus deudas.
Nuestro equipo se encarga de reunir los antecedentes, presentar la documentación ante el tribunal, representarte en las juntas de acreedores y velar porque se respeten tus derechos en cada fase del proceso para declararse en quiebra en Chile. Si no tienes bienes, si tus ingresos son bajos o si estás siendo acosado por múltiples acreedores, te ayudamos a demostrar tu situación real de insolvencia y a obtener el alivio financiero que la ley te garantiza.
Con más de 12 años de experiencia y cientos de casos exitosos, sabemos cómo defender lo que has construido y ayudarte a empezar de nuevo sin cargas innecesarias.
Agenda hoy tu asesoría y descubre si la liquidación voluntaria es la opción que puede devolverte la tranquilidad financiera. En Asesoría Deudores, estamos para protegerte.